Medina (2002) menciona que la formación
de enfermeros es una práctica compleja y multifuncional, debido a que esta
profesión desempeña diversas funciones con relación al sistema social y
sanitario; por lo cual se debe ser capaz
de solucionar problemas dentro de su práctica a través de estrategias,
metodologías innovadoras y una práctica reflexiva. Dada esta complejidad, es
difícil explicar los procesos de aprendizaje desde un solo enfoque, la
enseñanza práctica de la enfermería debe partir entonces desde diferentes
perspectivas ideológicas sobre el cuidado y su enseñanza que la guían. Al
respecto, Shön
(1992) e Illesca (2006) puntualizan la importancia de que los docentes
desarrollen la habilidad artística de conversar internamente al momento en que
estos interactúan con los materiales de una situación y durante la formación de
profesionales reflexivos; permitiéndoles a estos que aprendan en un contexto
apropiado con contenidos que respondan a las necesidades del estudiante y con el fin de desarrollarse
en diversos ámbitos como en lo político,
lo económico y lo social.
Estos marcos conceptuales contienen
definiciones del cuidado, salud, función
profesional, currículo, enseñanza, etc. El conocimiento sobre estos permite la
comprensión de la naturaleza de la profesión, sus posibilidades de acción y la
selección más adecuada de las metodologías, estrategias y recursos didácticos
para una enseñanza más reflexiva y práctica que facilite la formación integral
de enfermeros.
Debido a ello, Medina (2002) considera importante responder a la pregunta del cómo los
profesionales construyen y asimilan el
conocimiento y cómo es que eso les permite realizar un ejercicio ejemplar de su
práctica cuidativa. Shön
(1998), por su parte, responde a esta
pregunta proponiendo una nueva epistemología sobre la práctica profesional de enfermería, así como de su enseñanza. Esta
epistemología responde a la pregunta ¿Qué
relación existe entre el conocimiento académico y la práctica profesional?
desde dos enfoques principales como son la racionalidad técnica y la
racionalidad práctica.
Racionalidad Técnica
Medina (2006) describe a la
racionalidad técnica como una perspectiva que ha dominado en la
investigación y la formación de enfermería en los últimos 50
años. Incluso, en la actualidad, esta perspectiva se considera para la
formación de enfermeras bajo un modelo
de entrenamiento basado en competencias, el cual surge con el fin de reivindicar el rigor del que carecía la práctica tradicional al
considerarse como una ciencia aplicada. Sin embargo, esta racionalidad técnica es cuestionada y
criticada porque implica un franco retroceso, debido a que el
objetivo de éste es formar a enfermeras en habilidades y competencias técnicas
directamente observables.
La racionalidad técnica señala que la
practica competente se convierte en profesional al momento de resolver
problemas prácticos a través del
conocimiento científico procedente de la experiencia empírica.(Erazo, 2011)
Dentro de esta racionalidad que ha predominando por varias décadas y que
requiere cambios, existen dos modelos que nos permiten entender aquella
relación entre el conocimiento académico y la práctica profesional: el entrenamiento
y la resolución de problemas.
Entrenamiento
En el caso especial del entrenamiento,
este se basa en la teoría conductista, centrándose así en que el personal de
enfermería reproduzca puramente en el
centro laboral comportamientos y conductas. Lo anterior es dudoso, ya que solo
se entrena al profesional de enfermería
en el desarrollo de habilidades psicomotrices. Al respecto, algunos estudios como
el de Vidal (2009), Coll, 2007 y hurtado 2004 puntualizan que el entrenamiento no solo debe
enfocarse a las habilidades psicomotrices; es también necesario el desarrollo de
habilidades sociales ya que los profesionales de enfermería interactúan con
diversos tipos de pacientes y con diferentes necesidades de salud, es decir
enfermería establece, mejora y mantiene relaciones interpersonales con paciente
y con otros profesionales del equipo sanitario, de tal forma que el personal de
enfermería debe entrenarse en el
autoconocimiento, observación, asertividad, observación, la escucha
activa, entre otros, este es un entrenamiento
más completo y mas integral ya que
favorece a la de contar con profesionales
mejores preparados, mas intuitivos y más reflexivos que contemplarán a las
personas en su globalidad, proporcionando una atención integral, de calidad y
más humana.
Racionalidad
Práctica- Reflexiva
Es así como la racionalidad práctica y
reflexiva surge de la necesidad de preparar profesionales con competencia
práctica, que sean capaces de llevar a la práctica el proceso enfermero como
metodología fundamental de la profesión y que posean habilidades para formular juicios prácticos y clínicos. Esto evidencia que
los planteamientos de la racionalidad técnica entraron en crisis al momento de
señalar que el conocimiento profesional necesario para demostrar competencia en
la práctica es de naturaleza artística antes que técnica. Dicha problemática
surge cuando el proceso enfermero y la metodología de la valoración de enfermería requieren que los enfermeros y las enfermeras
cuenten con habilidades y destrezas para realizar los diversos
procedimientos que implica el proceso de
cuidar; además de contar con una estructura teórica, conocimientos, capacidad de interacción, habilidades técnicas y filosofía
profesional. (Morán, 2006; Álvarez, 2010)
Referencias Bibliográficas:
Erazo, María Soledad.
(2011). Prácticas reflexivas, racionalidad y estructura en contextos de
interacción profesional. Perfiles educativos, 33(133), 114-133.
Recuperado en 07 de febrero de 2013, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-26982011000300007&lng=es&tlng=es.
.
Medina J.
(2002) Práctica Educativa y práctica de cuidados enfermeros desde una
perspectiva reflexiva. Nº 15. Revista de Enfermería. Albacete. Abril.
Recuperado el 07 de Febrero del 2012. Disponible en: http://www.uclm.es/ab/enfermeria/revista/numero%2015/numero15/pr%E1ctica_educativa_y_pr%E1ctica_de.htm
Illesca, P., Cabalin, D. y Cabezas, G. (2006). Concepciones
del alumnado respecto a la docencia clínica. Universidad la Frontera.
Recuperado el día 15 de Julio del 2012 de la: http://www2.udec.cl/ofem/recs/anteriores/vol422007/artinv4207b.htm
Erazo, María Soledad. (2011). Prácticas reflexivas, racionalidad y
estructura en contextos de interacción profesional. Perfiles educativos,
33(133), 114-133. Recuperado en 07 de febrero de 2013, de
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-26982011000300007&lng=es&tlng=es.
COLL M, BESORA I, ICART ISERN MT, FERRÉ VALL MA, MANITO LORITE I,
ONDIVIELA CARITEU A, PULPÓN SEGURA AM Revista Rol de Enfermería 2007;30(3): 53-56